La lluvia, sempiterna en esta parte del planeta en la que me toca vivir por ahora. Neruda decía que aquí había solo dos estaciones: la de trenes y el invierno. A pesar de ser enero y que hoy, milagrosamente tuvimos 27º, está ahí, acechante, la miro por la ventana en la noche y me saluda, me hace un guiño y se ríe de mí y se ríe también que reciba al sol. También se ríe de mi polera y mis chalas.
Así que aquí está. La invité a darse una vuelta por algunas de las fotos de este blog. Diviértete lluvia, que yo me voy al norte por un rato. Te dejo un saludo.
Ah!... no me extrañes :)
jueves, enero 21, 2010
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1 comentario:
Uff, apenas hoy puedo visitarte en tu blog renovado. He estado súper ocupada. Pero ya estaré aquí más seguido. Cuando vuelvas del norte, claro está.
Un abrazo
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